El Instituto Nacional de Estadística publicó este miércoles los datos del padrón adelantados a 1 de enero de 2023. Son datos globales y su explotación estadística por tramos de edad aún no llegará hasta el mes que viene, pero sirve para establecer una estimación de la demografía “pospandémica”.
El “abismo demográfico” parece cerrarse un poco con una menor caída de la población e incluso con algunos municipios del espacio rural con pequeñas ganancias de población, aunque sean excepciones contadas.
Astorga, por ejemplo, ha bajado de 10.400 habitantes a 1 de enero de 2023 y La Bañeza, que corría el peligro de caer de los 10.000, ha experimentado en el último año un ligero repunte y supera los 10.100.
Un dato relevante es cómo el abismo poblacional afecta al conjunto de la provincia: desde 2021, la provincia ha perdido casi cuatro mil habitantes, el doble de los algo menos de dos mil que ha perdido el conjunto de Castilla y León donde algunas provincias han ganado población en este bienio.