SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Vaya por delante que no me resulta especialmente atractiva la personalidad del nuevo ministro de Transportes Óscar Puente. Quizás fuera porque como alcalde de Valladolid igual que su antecesor, León de la Riva, ejercía esa avasalladora pose centrípeta que repugna tanto a su entorno como enardece a la pucelanidad más rancia.
Como tiene el currículum que tiene, cualquier cosa que diga o haga, va a estar sometida a la lupa de su pasado como visir del Pisuerga. Y ha pasado en sus primeros anuncios como responsable ministerial: ha dicho que la autovía León-Valladolid, de momento, se hará hasta Medina de Rioseco…. y que lo otro tiene menos prisa.
La leonesisdad de capital rampante, no menos rancia que la pucelanidad aludida más arriba, ha afilado sus sables ¿Y de Santas Martas hacia el sur? ¿Y la autovía Ponferrada-Ourense? ¿Y el aeropuerto?
Pues como dicen los jóvenes en redes sociales, voy a emitir “unpopular opinión”. ¿Aeropuertos? Sobran. El de León, pero también el de Valladolid, Burgos y Salamanca porque no dejan de ser costosísimas instalaciones con un uso solo sostenido por el dinero público y las ínfulas de políticos. ¿Autovías? Cuando voy de León a Valladolid solo sufro el “cuello de botella” de Rioseco. El resto del trayecto tiene apenas tráfico y rectas donde adelantar. Y de Ponferrada a Ourense, cuando reabra la A6 volverá a haber un tráfico asumible por una mejora con carriles de lentos.
Pero mientras tanto es bueno tener a un ministro que cuente las verdades para sacudirle en el cielo de la boca.