SIN PASIÓN -Eduardo SÁEZ
Adoptando con estúpido entusiasmo cualquier cosa llegada de allende el Atlántico, llegamos a bautizar como «selfie» lo que deberíamos llamar autofoto. Y es que, en realidad, tras esa expresión de «self» que tiene que ver con el pronombre reflexivo, no solo hay autofotos, sino que estamos creando una civilización en la que terminamos haciendo nosotros cualquier cosa.
Empezó todo con aquello del bricolaje y el «hágalo usted mismo» donde un tipo simpático y barbado desde el Bricomanía de la tele te enseñaba cómo hacer una mesa que te podías comprar por cinco mil pesetas gastándote diez mil en todas las herramientas y los materiales que precisabas para hacerla.
Yo viví en carne propia, al final de mi vida laboral, cómo los jefes del banco iban presionándonos a los empleados para hacer que el cliente abandonase en lo posible la presencialidad.
Ahora, después de decirnos que el doctor Google es tóxico para nuestra salud, que no nos automediquemos y no sé cuántas cosas más, nos echan la bronca si vamos al médico y no nos estamos muriendo. ¿Llegarán a darnos un tutorial de youtube para que nos operemos a nosotros mismos? Será bueno porque si las cosas se ponen feas «y perdemos al paciente», nos habremos ahorrado hasta las reclamaciones. Haber estudiado.