SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
España acaba de cancelar eso que se llama «golden visa» o visado de oro, que era el que recibían para garantizar su estancia, personas extranjeras que pudieran adquirir una propiedad inmobiliaria de al menos, medio millón de euros.
Así como a una persona normal y corriente le cuesta un mundo lograr un permiso de residencia a través de sus múltiples sistemas, a los millonarios, hasta ahora, les resultaba tan facil como ir de compras. Es cierto que buena parte de estos compradores inmobiliarios, no han sido trigo limpio. Sus patrimonios a menudo llegan amasados en sangre, drogas o armas a blanquearse al sol de España.
Ahora que se ha acabado esa puerta trasera de entrada en Europa vía España exclusiva para ricos, alguien ha hecho recuento de las que se habían concedido por el Gobierno en los algo más de diez años de existencia de la medida: más de 14.000.
De ellas ¿cuántas en Castilla y León ? Cero. Resulta que a este edén de bonancibles medidas fiscales y de brazos abiertos al rico sin preguntarle de dónde viene su riqueza no quieren venir ni siquiera esas «preces de la humanidad» que solo pueden arreglar su situación tirando de chequera. No somos tierra ni para la gentuza.