En la Comisión Provincial de Estadística Agraria que se celebró el 14 de junio se aportaron datos oficiales de producción de remolacha en León, en la actual campaña 2024/2025, de 10.041 hectáreas, según declaraciones efectuadas por los agricultores en su solicitud única de ayudas PAC 2024. Estos datos son provisionales, y podrían revisarse a la baja si finalmente algunas fincas no se han podido sembrar.
Esta superficie de siembre representa un incremento del 42,8% respecto a la de 2023, que a su vez se había incrementado un 85% respecto a la de 2022. Aunque no se han proporcionado datos oficiales de siembras en otros territorios, ASAJA asegura que León seguirá siendo la principal provincia productora de remolacha de España y todavía a mayor distancia que el pasado año con respecto a la segunda, que seguirá siendo Valladolid.
Este incremento en las siembras se debe, en opinión de ASAJA, a las ayudas vinculadas a este cultivo, a los mejores precios ofertados por la industria azucarera en un contexto de cotizaciones elevadas en el mercado internacional del azúcar, a la obligación de diversificar cultivos por las exigencias de la nueva PAC, y a la necesidad de dar una alternativa agronómica, más allá del maíz, a los nuevos regadíos del pantano de Riaño. Otra razón es que AB Azucarera ha generalizado la fórmula de contratación de “cultivo compartido”, que si bien en teoría reporta menos beneficios para el productor, tiene la ventaja de que minimiza el riesgo empresarial y evita disponer de circulante para la compra de los inputs, a la vez que aporta un asesoramiento técnico que es importante para los nuevos cultivadores.
Aunque es muy pronto para hacer cualquier previsión de cosecha, esta no debería de bajar de 800.000 toneladas de remacha, de las cuales 700.000 tendrían como destino la fábrica azucarera de La Bañeza, lo que sería una molturación histórica nunca antes alcanzada. Ante este escenario, ASAJA pide a AB Azucarera que ponga a punto la fábrica con las inversiones necesarias, y que planifique los días de recepción y molienda para que la remolacha permanezca en el campo el menor tiempo posible una vez alcance las condiciones óptimas para la recolección, pues los agricultores necesitan liberar las parcelas para implantar el cultivo del año siguiente.