Juan José Alonso Perandones – La Tolva
Es un albergue cosmopolita y universalmente apreciado. En la recepción, cada día, registran a los peregrinos, en una babel de lenguas, en tanto por la pantalla frontal va discurriendo una selección de imágenes de la ciudad. Se trata de un edificio estimable, diseñado por Aparicio Guisasola, de 1950, con remate de espadaña lobulada, para la campana, y arcos en los vanos que rinden tributo al románico, al gótico y a la arquitectura contemporánea. El 21 de julio de 2004 las cuatro siervas, ya tan solo, que lo habitaban, son desplazadas a otro convento, después de 112 años de atención hospitalaria o domiciliaria a los enfermos. A veces, en el vaivén de los tiempos, cabe a las ciudades la fortuna de conservar edificios emblemáticos, como este, de Puerta Sol, gracias a su adquisición por la Asociación de Amigos, con los buenos oficios del párroco don Emilio, de los canónigos Velado y la conformidad de la congregación. Miles de personas de todos los continentes llegan a este albergue de acogida tradicional, Siervas de María, con su historia peregrina. Dos de ellas, la de la hospitalera, temporal, la coreana Seung Hee Yoo, y la del taiwanés Yen Hsien. Coincidieron en sus dependencias, observaron que los logos de sus camisetas obedecían al mismo artista japonés: surgió la conversación, el flechazo, y el matrimonio el año pasado en la catedral de Seúl. Han vuelto con sus camisetas y retornarán y retornarán.