LAS TORCAS – Isidro MARTÍNEZ
La FELE aporta furgoneta del programa “Acelera” en Astorga para llevar la digitalización a pequeñas empresas. No aparecen muchos emprendedores. A mediodía, el alcalde visita el lugar, caminando desde la Casona, y saluda a empleados de FELE. Un dirigente empresarial astorgano mete su “Mercedes” negro en el confín de la plaza Eduardo de Castro lindando con Santa Marta. Las señales de tráfico lo prohíben. No recuerdo su nombre ahora.
Hablando de monumentos o lugares a visitar. En el exterior de Santa Marta una fuente ocupa el rincón de la plaza. Mana chorro alto del grifo. El interés turístico lo marca su color: ¡agua verde!
En La Bañeza veo un cartel publicitando los cursos de idiomas de la Escuela Oficial astorgana. Bien parece la promoción y quizá algún alumno se matricule.
Es legal. Sin una pega. Pero chirría. Según datos de la consejería de Sanidad 429 trabajadores de su departamento son liberados sindicales. En esta categoría existen varias situaciones: liberados completos que van a la oficina de su sindicato no al hospital o centro de salud, liberados por horas de cada día o…
La diferencia estriba en que faltan médicos. No se pueden contratar porque no hay, al menos eso dice Vázquez. Del cerca de medio millar de liberados, algo más de la mitad son de enfermería, pero se cuentan 55 médicos, 30 de ellos de familia (en donde hay más necesidad).
En León son 37 sindicalistas y en el Bierzo 21 en total. Facultativos de familia: 3 en León y 2 en el Bierzo. ¿Soluciones? No existen. La normativa laboral está para cumplirla.
No sirve de nada, pero reincidimos. La casa de entrada a Astorga, que más conocen los turistas desde la autovía, ha colapsado sus tejados. Incluso parte de sus muros de tierra. Pero ahí sigue, retando al sentido común y mostrando la ineficiencia de los que mandan. En otros diez o veinte años será un montón de tierra y tejas… si nadie lo remedia antes.
Martes de mercado en Astorga. Lado derecho subiendo. Los eucaliptus pueblan los alcorques. Son de tronco grueso. Los compradores y paseantes no miran para arriba, sus hojas enfermas no conocen insecticida que las salve, porque han de ir mirando el suelo. Algunas zonas tienen más plaquetas rotas que íntegras o levantadas en tramos. Es fruto del tiempo pasado, pero alguien lo tendrá que arreglar y, quizá, no plantar árboles tan potentes en alcorques tan limitados.
Pudieran ser un millar. O más. Tener un abuelo español aunque esté muerto es un tesoro. Miles de latinos buscan en los archivos parroquiales de España a sus ancestros. Un certificado de bautismo del emigrante de cualquier pueblo les permite acceder, con unos cuantos trámites, a la nacionalidad de este país. La diócesis asturicense es rural, amplia y con un millar de parroquias. No sorprende el renovado, por nuevo, afán investigador de la genealogía que se ha despertado en Argentina, Brasil, Cuba, Chile, Colombia…
Hace varias décadas cientos de miles de españoles emigraron a América buscando una vida más fácil. Algunos millares de sus descendientes hacen el mismo camino, pero ahora de regreso a España pasando por los libros parroquiales. El mejor, y único en ocasiones, archivo oficial de datos.
El Jerga presenta un cauce verde que te quiero verde. Repleto de fusos, hierbas y vegetales variopintos. Agua muy poca y peces pequeños en tres o cuatro remansos. Este verano no ha pasado la segadora y limpiadora y el río es un monumento a la desidia. ¡Como venga agua en otoño/invierno…!
Agua en los Cuatro Caños de la fuente. El césped tiene riego por aspersión. El lugar está limpio. Los bancos son originales pero con deterioro, pero tampoco hay tanto visitante en este lugar. A mejorar: un cartel sobre la potabilidad del agua sería ajustado a la norma; dos o tres acacias de enorme altura deberían tener sus altas ramas secas recortadas por una tala que respete su envergadura, y en el edificio menor han nacido hierbas salvajes y ramas de acacias…que quizá convendría cortar, rapar y limpiar.
Primero los bares de pueblo, ahora tiendas de productos básicos en poblaciones de hasta 3.000 habitantes. La Junta abonará un 75% de obras de acondicionamiento y mejora para ayudar a mantener el comercio en el rural. A veces, estimado Mañueco, parece que acordáis asuntos que solo sirven para tener eco en los medios. Menos es nada, pero esto roza la inacción. Lo que necesitan bares y tiendas son clientes y, sobre todo, puestos de trabajo para que jóvenes o inmigrantes puedan quedarse. Esto, obviamente, no parece estar en el catálogo de subvenciones autonómicas.
Porque, leído Armando, el de Santibáñez, el problema en esta tierra no es la aversión al inmigrante sino la imposibilidad de encontrar un salario para vivir. Somos demasiados los viejos —y cientos necesitan cuidador— pero no es suficiente “industria” de futuro.