PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
Una empresa de distribución con tienda abierta en Astorga y de cuyo nombre me cuesta acordarme, ha tenido una idea de marketing que inmediatamente la prensa seria (¿o triste?) de este país se ha apresurado a replicar como si fuera una iniciativa salida del común de la gente, que es como se ha querido vender. Según la prensa, «se ha puesto de moda» que a cierta hora la gente que quiere ligar va a ese supermercado, pone una piña en su carro y se entiende que está disponible. Los periódicos lo han repetido sin más. Y la empresa que dice que no paga anuncios, pero gasta más en publicidad encubierta que nadie, está en boca de todos, pero empieza a tener problemas: despedidas de solteros y broncas por malos entendidos ya ha aflorado entre los lineales de la fruta.