SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
A Pío Cabanillas Gallas, uno de los políticos más activos del Tardofranquismo y, sobre todo, de la Transición, se le atribuyen varias frases que ilustraban de manera sintética su condición de gran surfeador de las porcelosas olas de la política.
Se dice que hay dos clases de gallegos, los que ven crecer la hierba y los que se la comen. Don Pío, era, a todas luces, de los primeros. Supo y pudo manejarse en las intrigas de paso de la dictadura a la democracia exponiéndose lo justo y comprometiéndose lo necesario. En plena descomposición de la UCD fue él quien dijo : “cuerpo a tierra, que vienen los nuestros” y también se dice que alguien le oyó: “yo ya no sé si soy de los nuestros”.
Las máximas de Cabanillas retratan la situación del PSOE de Castilla y León y sus hermanos mayores de Ferraz: Tudanca, que tras perder las últimas elecciones autonómicas, dijo que se marchaba, no solo se lo pensó mejor, sino que se ha atornillado a la silla. Para ello ha intentado maniobrar con un congreso que se adelanta al federal del partido y en Madrid le han dicho que nones, que eso no está en el guion; que igual aparece un candidato para hacerle sombra y que tendrá que batirse con él. Y es que las navajas más afiladas, son siempre las de “los compañeros”