La Plataforma Ciudadana de Astorga por la Igualdad y contra la Violencia, ha renovado el “Panel de Igualdad”, situado a la entrada de la Biblioteca Municipal de Astorga.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, por lo que los contenidos que se exponen, se centran en las violencias que sufren las mujeres, la más grave de las cuales es el feminicidio, o sea, el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia, según el Diccionario de la RAE.
La misoginia y la violencia machista se ven reforzadas por mitos y creencias populares que los justifican o minimizan. Estos mitos perpetúan la desigualdad entre los sexos y legitiman comportamientos violentos contra millones de mujeres. Los mitos antiguos de cada cultura son la base para estas representaciones y así las mujeres se muestran como estímulo erótico, para los hombres, incluso en situaciones percibidas como injustas y violentas, como violaciones y acosos sexuales que los mitos fundacionales perpetúan como prácticas normales y aceptables de dioses y hombres, los mitos donde las mujeres sufren violencia han sido parte de nuestra formación y experiencia, inhibiendo nuestra crítica.
Las mujeres en el arte han estado invisibilizadas, o ignoradas como artistas, lo que llevó a un grupo de activistas a preguntarse si “las mujeres tienen que estar desnudas para entrar en el museo”. En el Panel se pueden ver fotos de cuadros de Suzanne Valadon. Henri de Toulouse-Lautrec la apodó Suzanne, en referencia al mito bíblico de Susana y los viejos, en el que unos viejos acosan a una mujer, mito muy representado en el arte: “Tú, que posas siempre desnuda para viejos, deberías llamarte Suzanne”. Y ella firmaría sus cuadros como Suzanne Valadon, nacida Marie Clémentine (Francia, 1865-1938).
Hija de una lavandera viuda, se estableció en el barrio de Montmartre en París con su madre y más tarde con su hijo. Allí se inició como artista. Comenzó a trabajar a la edad de 15 años como trapecista en El Circo de Pigalle. Tras una caída tuvo que dejar el espectáculo. Fue modelo de pintores y pintó luego cuadros desafiantes con un estilo y personalidad fuera de las normas predominantes. Admirada en su época, tras su muerte cayó en el más injusto de los olvidos, a pesar de dejar un extraordinario legado de unas 500 telas y 300 obras sobre papel. Otro mito: el de las mujeres borradas que no han de ser reconocidas ni recordadas.
Los mitos siguen marcando la educación y socialización; a través del cine, la publicidad, los juegos, los personajes de las redes sociales… así en el Panel se hace referencia al mito de la belleza, impuesto por el mercado y la sociedad, con un aumento del consumo de productos y de tratamientos estéticos, incluidos las cirugías, innecesarias al no resolver un problema de salud y que son un maltrato para el cuerpo.
El mito de la belleza está muy ligado a las connotaciones negativas de la vejez en las mujeres. En nuestro ideario colectivo, el valor social de las mujeres ha estado ligado a su belleza, juventud y capacidad para ser madres y esposas, por lo que las mujeres viejas son minusvaloradas y están infrarrepresentadas en el cine, la publicidad y en los productos culturales en general, y si aparecen, lo hacen desde un papel de abuelas y cuidadoras, siempre secundario.