Miguel Pérez
¿Estaremos siendo víctimas de un proceso de «obsolescencia programada» de nuestra ciudad, orquestado por nuestros políticos locales y provinciales, sin enterarnos?
Esta reflexión surge tras visitar la nueva página web de información turística presentada por el diputado provincial de Turismo y la concejala del ramo de la ciudad de León: www.turisleon.com.
Según su nota de prensa, «el Consorcio Provincial de Turismo de León ha dado un paso adelante en su estrategia de promoción turística con el lanzamiento de su nueva página web…».
Si esta es su estrategia (que, según la RAE, significa “arte o traza para dirigir un asunto”), apañados vamos. Sin entrar a valorar cuestiones como la navegación, redacción, ortografía o el evidente analfabetismo visual de la web —que darían para otro análisis—, centrémonos en lo que más nos preocupa: nuestra ciudad, Astorga.
El proceso comenzó con nuestros responsables municipales, quienes, en su momento, decidieron degradar administrativamente a Astorga de «ciudad de primera» a «ciudad de segunda». Todo ello acompañado de justificaciones que evidenciaron una preocupante incapacidad para discernir entre lo esencial y lo importante. Y ahora, la Diputación Provincial, con la colaboración de la capital —que al parecer aspira a ser nuestra única ciudad—, ha terminado de rematar la faena.
Así, nos encontramos con que, en esta renovada web turística, la “ciudad de segunda” de Astorga (una de las más antiguas de la península y, sin duda, la «civitas» provincial más antigua) ha sido degradada además a “villa”.
En la Web, para encontrar información completa sobre nuestra ciudad, hay que acceder al botón inicial «Descubre León» y, en el desplegable, seleccionar «Villas históricas». Solo entonces, al entrar, un texto general de discutible redacción se nos reconoce como ciudad.
Pero el colmo llega al explorar el apartado dedicado a nuestra «villa» (que ocupa el noveno lugar en interés turístico según el orden de aparición en el proyecto). Allí, en la sección de puntos de interés, se cumple la vieja aspiración decimonónica de hacer desaparecer nuestra diócesis, una de las más antiguas de España, al incluirnos dentro de la leonesa. En el punto de interés «Palacio Episcopal», tanto la fotografía como la descripción aluden al edificio desde el que se rige una diócesis, sí, pero la de León.
Clasificarnos en el apartado de villa es una prueba evidente de que los responsables provinciales y los redactores del proyecto desconocen intelectual, cultural y turísticamente, lo que Astorga representa en la provincia. Trasladar nuestro obispado a León, sin duda, nos dirán que ha sido un error puntual. En cualquier caso, nuestro obispado está desaparecido en el portal informativo.
Sin embargo, como conjunto, estas acciones evidencian claramente lo que representamos, parecemos o importamos a quienes tienen responsabilidades en los ámbitos local y provincial.
¿Lo corregirán?, seguramente sí. Pero el daño de lo que somos para ellos, evidentemente está en marcha en sus cabezas: ciudadanos, sin ciudad, directos a no ser nada.