J.J.A. Perandones – La Tolva
Famoso es, en esa Cabrera, enriquecida por el relato de Carnicer y de Oria, Edilberto, urbanita retornado a la tierra de sus ancestros para vivir del pastoreo y agitar la vida de unos pueblos, casi deshabitados. Es el suyo un empeño por salvaguardar su folklore, sus ritos y habla. El documental, referido a su nombre y al de las brañas adonde con su rebaño trashuma en verano, Arganeo, le ha dado cierta fama, que no decae pues de continuo se graba y difunde, por medio de su móvil, con natural soltura. Para el 2024, ha pedido a Dios salud, trabajo y se cumpla un antiguo dicho oral, de complacencia humilde: “Mientras haya chicharros comemos y de que se acaben tocamos na lata, cantemos y beilamos. ¡¡¡Y a las penas puñaladas!!!”. La última hazaña ha sido juntar a una docena de cabreireses para acercar a los pueblos diocesanos de Benuza, uno tras otro, a los reyes magos. Al amparo de los montes Aquilanos sumergidos en la niebla, todos caminan vestidos a la usanza, ellas con pandereta, almirez, botella de anís tañida…, ellos con castañuelas, los reyes esparciendo serpentinas blancas, y en la cabeza de la comitiva Edilberto con la chifla y el tamboril. Es una estampa de resistencia, la de este peregrinaje, para que incluso un solo niño, como en Santalavilla, reciba, asombrado, la visita real; como la tropilla de rapaces que corrían por las casas de losa y corredor antes de la masiva migración de los 60.