SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Confieso que cada vez que leo, escucho o veo al consejero de Sanidad en algún medio de comunicación, siento sudores fríos. El sujeto es un prodigio de cargarle el muerto al prójimo. Para el pastizal que le pagamos y el coche oficial en el que se desplaza, me parece que asume bastantes pocas responsabilidades.
Y me explico. Acabo de volver de un miniviaje a Galicia, apenas unas horas. Veo en la prensa local allende Piedrafita una información en la que se detalla el porcentaje de médicos que cada servicio autonómico de salud ha contratado desde 2020. Galicia, la que más, con un 11,5%; después Murcia, Euskadi, Cataluña, Cantabria, Madrid… Los últimos con cero contratados tras la pandemia, Aragón y Rioja y el penúltimo, Castilla y León con un 2.1%.
A ver, señor consejero ¿Qué es eso de que no hay médicos? ¿Los hay para Galicia, para Murcia o para País Vasco y no los hay para Castilla y León? ¿Son de otro país esas comunidades autónomas? ¿De quién es culpa, del ministerio o de tu incapacidad manifiesta que parece que en otras comunidades lo es menos?
Como está visto que bajarle de la dignidad del coche oficial y del cargo de consejero será difícil, pero no vamos quedar gente a la que curar, sugiero a Mañueco que cree para Vázquez una consejería de pompas fúnebres; ya que curando ha acreditado que no es muy fino, igual enterrando triunfa.