SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Una columna de uno de los clásicos del periodismo deportivo español, Álex Botines, se titulaba así . Era, como tantos títulos de sección, un juego con el equívoco polisémico que la palabra pelotas tiene en tono coloquial en España.
Y me han venido a la mente aquellas columnas, que rivalizaban en los lejanos años 80 del siglo pasado en polémica con la entonces espada flamígera de las ondas, José María García,, al leer que varios militares y policías en Ceuta, al amparo de la ley sobre identidad sexual, han pedido ser reconocidos como mujeres. ¿Quieren vivir como tales? No; quieren exclusivamente los supuestos beneficios que reporta ser mujer en determinados destinos de la función pública.
No me he leído la ley que invocan y si lo hiciera quizás no la entendería, pero si esa norma deja abiertos portillos para lo que hasta los más legos en la materia entendemos como «fraude de ley», quien la ha redactado, debería hacérselo mirar.
Otrosí, si los funcionarios que la invocan lo hacen solo como un ejercicio de metafórica palpación testicular (tocar las pelotas, vaya), merecerán un escarmiento gordo (¿destino en Chafarinas?) para que otros posteriores no tengan semejante ocurrencia y dejen las pelotas en paz.