Juan José Alonso Perandones – La Tolva
Cuando en febrero de 2008 fue presentada nuestra Semana Santa en la iglesia de los Jerónimos se habían finalizado los trabajos que, según acuerdo del M. de Cultura y el arzobispado madrileño, habían propiciado recuperar su ruinoso claustro, la ampliación del Prado y la mejora interior y exterior del propio templo gótico. Acceder ahora por la entrada del museo que conduce a la exposición, añorada y comisariada por el astorgano Manuel Arias, supone disfrutar de este entorno monumental tan afortunado. Se nos despierta un interés cuando una muestra importante, esta bajo el título de «Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro», ofrece obras que forman parte de nuestro patrimonio local o diocesano. En mayor medida en esta ocasión, pues las expuestas en el ‘nudo central’, Santo Tomás y San Judas Tadeo, descansan en el retablo catedralicio de Becerra a unos 12 m de altura; y otra, cercana, la Virgen de la Valvanera, en el del trascoro. Las esculturas de los dos apóstoles, junto al resto del retablo, cuentan con excelentes fotos de Imagen M.A.S., pero nada supera la observación directa: de su anatomía, de su expresividad. Y, ante todo, de su rica policromía. Pues de ello va esta gozosa exposición, que reúne cerca de 100 piezas selectas, en un discurso desde la antigüedad clásica al Barroco, y con la que Arias deja patente cómo, aunque no debidamente resaltada, es “la pintura la que da vida” a la escultura.