La verticalidad del Atlético Astorga frente al fútbol más preciosista y de toque del Júpiter estuvo a punto de rentar tres puntos a los de Lago este sábado en La Eragudina, pero finalmente, a falta de dos minutos para el 90, Kirian Ramírez consiguió equilibrar un partido que la afición local daba por ganado.
El encuentro en tarde con lluvia intermitente, arrancó con un minuto de silencio por el suegro del entrenador José Luis Lago, del abuelo de Javi Amor y de la madre de César Lera, presidente de la delegación de fútbol de la Federación autonómica en León.
Desde el principio del partido, ambos equipos contrapusieron sus estilos. El Júpiter fue marcando el tempo del partido, dominando el balón pero con muy pocas llegadas a puerta. Una de esas escasas se encontró en el minuto 20 con un providencial Pablo que por dos veces rechazó el balón a sendos tiros a bocajarro de los jugadores leoneses. Aún con Pablo batido, al filo de la media hora, también la defensa astorgana sacó un balón con autoridad y fue éste el único balance ofensivo de los visitantes.
En el inicio del segundo tiempo, en el minuto 48, un delantero culturalista adivinó adelantado a Pablo en una contra y lanzó un balón duro y colocado que escupió el poste. Y cuando la grada astorgana resoplaba todavía del susto, apenas cuatro minutos después llegó el gol de Loren. David botó una falta por manos de un jugador visitante muy esquinada, casi un córner y Loren se irguió por encima de defensas y compañeros para conectar de cabeza el 1-0.
El resultado premiaba el fútbol directo frente al toque hasta entonces estéril del Júpiter. Poco a poco el Astorga se fue recluyendo en su campo y aunque el filial culturalista daba la impresión de generar un juego menos fluido que al principio del partido, las ocasiones en las que el Astorga se acercaba a la puerta rival eran contandas. Lago fue dando entrada a Amor, después a Diego que sustituyó a Loren lesionado, a Davo, a Mario y a Quintana buscando conservar una victoria tan trabajada como sufrida.
Pero a falta de tres minutos para el final, en la enésima llegada, las líneas de pase del Júpiter sí funcionaron: el balón se movió de un lado a otro del ataque culturalista hasta que Kirian vio un hueco en la defensa y por allí coló un tiro colocado al palo izquierdo de Pablo contra el que no pudo hacer nada. El reparto de puntos se puede considerar justo a tenor de lo visto sobre la Eragudina, pero dejó un sabor amargo a la parroquia local que en cinco minutos vio deshacerse la ilusión de un triunfo tan trabajado.