SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Coincidí el Sábado Santo en Astorga con la pitada que le dieron al consejero de Medio Ambiente por un proyecto de instalación de una planta para tratar lodos de depuradora en el pueblo de Piedralba. Allí oí a algunos viandantes, decir que entre el CTR, el futuro vertedero de residuos industriales y la planta de lodos, el entorno de Astorga va a ser el futuro basurero del Noroeste. Y a quien se lo escuché rubricaba “¿o qué crees, que si fuera bueno no lo pondrían en Villadangos o en León?”.
No tengo datos suficientes de eso ni de lo contrario, pero escucharlo sí que me suscitó la reflexión de esa mentalidad centralista que tenemos, cada uno a nuestra escala y que yo llamo “el efecto Castellana”, como si pensáramos que cada uno vive en la arteria más reconocida de la capital de España. Todos queremos los provechos, y procuramos pasar al de abajo la basura que generan: Madrid se la pasa a Valladolid, Valladolid a León, León ¿a Piedralba?
Qué fue si no, aquella gigantesca operación de traslado de basura las 24 horas de más de 30 días desde Santa María del Páramo al CTR San Román de la Vega. Era basura nuestra, de la capital leonesa. Al final la metieron en un agujero debajo de tierra, como una criada haragana que arrastra lo barrido bajo la alfombra.