PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
La Bañeza echa a andar con ilusión su Casa de la Poesía mientras en Astorga languidece el edificio literario homólogo entre polémicas y usos espurios. Colinas brilla; Panero periclita.
Y como todo está en la poesía, filosofía rimada, es más fácil recurrir a ella para describir ésto. Primero, Calderón de la Barca: Cuentan de un sabio que un día/ tan pobre y mísero estaba,/ que solo se sustentaba/ de unas hierbas que cogía./ ¿Habrá otro, entre sí, decía/ más pobre y triste que yo?/Y cuando el rostro volvió/ halló la respuesta viendo/ a otro sabio recogiendo/ las hierbas que él arrojó.
Y ahora Antonio Machado: Castilla, ayer dominadora,/ envuelta en sus harapos,/desprecia cuanto ignora.