Ricardo Magaz – La Espada y la Pluma
“La Bestia” o “Tren de la muerte” es el nombre que se ha dado a una red de trenes de carga que recorren México desde la frontera con Guatemala a la de Estados Unidos. Son utilizados clandestinamente cada año por medio millón de migrantes de Centroamérica que buscan llegar a la desesperada al ¿falso? sueño americano.
La Bestia discurre por varios estados aztecas dirigiéndose hacia el norte, donde los polizontes del ferrocarril esperan cruzar la frontera de EEUU, que el presidente Biden ha cerrado parcialmente a primeros de junio.
Estos enormes convoyes son operados por compañías ferroviarias mexicanas. Están destinados al transporte de carga, no de pasajeros. Sin embargo, la falta de opciones legales para migrar empuja a muchas personas a arriesgarse y viajar furtivamente en ellos, lo que les convierte en blancos fáciles para el acoso y abuso a manos de funcionarios corruptos y bandas criminales muy violentas. Algunos de los peligros que les aguardan a lo largo de las vías van desde el robo, el asalto y el secuestro, a la extorsión o la agresión sexual.
Para abordar verdaderamente el fenómeno de La Bestia, sería necesario un enfoque integral que considere las causas estructurales de la migración, proteja los derechos humanos y promueva el desarrollo y la estabilidad en los países de origen. Solo entonces podremos esperar una vida donde nadie tenga que subirse a la desesperada a un tren de carga como La Bestia en busca de una existencia menos miserable.