El pasado 31 de diciembre, a las 12 del mediodía, 97 corredores —un récord histórico— participaron en la quinta edición de la carrera de fin de año que une los pueblos de Tabuyo del Monte y Priaranza de la Valduerna.
Más que una competición, esta carrera se ha convertido en un símbolo del espíritu de colaboración, unión y celebración entre vecinos, amigos y visitantes, demostrando que en los pueblos también hay vida, comunidad y tradición.
Un evento con alma: más allá del deporte
Mientras en estas fechas se habla de grandes eventos como la San Silvestre de Madrid, en muchos rincones de la llamada España vaciada se lucha por mantener vivas las tradiciones y revalorizar el papel de los pueblos. Esta carrera no es solo una prueba deportiva, sino también una reivindicación de la importancia de mantener vivos los núcleos rurales, preservando su identidad y su capacidad para reunir a la gente en torno a la cultura y el deporte.
Premiados de esta edición
En la categoría masculina adulta, los más rápidos fueron:
- Rubén Alonso, con un tiempo de 13’48”.
- Pablo Villa, apenas un segundo después, con 13’49”.
- Alejandro Mata, con 15’26”.
En la categoría femenina adulta, destacaron: - Sonia Calzado, con 19’26”.
- Rocío Prieto, con 19’48”.
- Noelia Prieto, con 20’25”.
Entre los más pequeños, el futuro del deporte local también brilló: - Martín, con 21’09”.
- Valentín, con 25’14”.
- Alberto, con 34’58”.
Un recorrido con historia y futuro
Este año, el recorrido llevó a los participantes desde Tabuyo del Monte hasta Priaranza de la Valduerna, pero ya se ha confirmado que la sexta edición, programada para el 31 de diciembre del próximo año, invertirá el recorrido, comenzando en Priaranza de la Valduerna y finalizando en Tabuyo del Monte.
Más que una carrera: un movimiento social
Este evento es una declaración de principios: los pueblos no están vacíos ni olvidados. Son espacios llenos de vida, cultura y oportunidades para reunirse y celebrar. La carrera simboliza el deseo de cerrar el año juntos, reivindicar el valor de la España rural y demostrar que también aquí se pueden organizar eventos llenos de significado.
Mientras en otras ciudades se celebran carreras masivas como la San Silvestre Vallecana, en pueblos como Tabuyo y Priaranza se apuesta por algo diferente: una prueba donde lo importante no es solo ganar, sino participar, compartir y recordar que los pueblos también laten con fuerza.
Con la mirada puesta en la próxima edición, esta carrera se afianza como un referente deportivo y cultural en la comarca, dejando claro que la España vaciada está más viva que nunca.
¡Nos vemos el próximo 31 de diciembre para seguir sumando kilómetros, historias y recuerdos!