El 3-0 de este sábado en La Eragudina es, a todas luces, un resultado engañoso para los merecimientos de ambos equipos sobre el campo.
El Atlético Mansillés hizo honor a su fama de equipo aguerrido y tuvo contra las cuerdas al Astorga buena parte del partido animado por un grupo de cerca de un centenar de mansilleses que fueron alojados en la nueva grada de la zona del río de La Eragudina.
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El encuentro había empezado bajo un intenso aguacero y los visitantes parecieron adaptarse mejor al campo pesado y con algunos tramos de charcos. Al filo del minuto 20 dejó de llover y al tiempo que el drenaje de La Eragudina empezaba a digerir el exceso de agua y el Mansillés relajaba su pegajosa presión, el Astorga empezó a tener más producción ofensiva. Sin jugar mejor, porque el campo tampoco lo permitía, pero al menos llegó hasta en tres ocasiones con peligro a la puerta de Iker con otros tantos balones que se fueron fuera por poco.
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Recién iniciado el segundo tiempo, con Calvete en el campo por el amonestado Aleixo, Carlos Mas recibió un balón en un ataque estático, entró en el área dejando sentados a dos defensas y coló un golazo «juan palomo». El 1-0 deshacía el plan del Mansillés que ahora tenía que abrirse a riesgo de dejar su zaga expuesta.
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Pero el partido siguió por un camino de juego impreciso y de exceso de centrocampismo sin construcción por ninguno de los dos lados. El susto llegó cuando a falta de diez minutos para el final, el Mansillés hacía un gol; los fantasmas recorrieron la grada hasta que los aficionados comprobaron el brazo en alto del árbitro y la bandera del asistente que invalidaba la jugada por fuera de juego.
En la primera ventana de cambios se sentaron Albertín y Álvarez para dejar sitio a Pablo del Valle y Ribeiro. Del Valle estuvo a punto de hacer gol, pero un defensa sacó bajo palos su remate con el portero batido. Faltaba un cuarto de hora para terminar el partido y ahí llegó el chorreo del Astorga.
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Cinco minutos más tarde en la segunda ventana se sentaron Ivi y el goleador Mas sustituidos por David y Manu Martín y cuando corría el minuto 88, Ribeiro agarró en su extremo un balón, ganó la línea de fondo tras driblar a su par y cuando todos esperaban un centro, viendo al portero adelantado, se «inventó» un misilazo que entró por la escuadra larga. El 2-0 ya liquidaba cualquier esperanza de los visitantes que aún tuvieron que ver cómo David, tras recoger un balón en el pico del área tuvo tiempo para regatear a los dos defensas que le salieron al paso y colocar un tiro duro que suponía el 3-0 ya en el minuto 91.
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La victoria ante el Mansillés tiene mucho valor porque el Astorga mete más distancia contra sus perseguidores: el Tordesillas no juega esta semana por su jornada en blanco y la Arandina no fue capaz de pasar del empate en su casa ante un Ciudad Rodrigo que lucha por no descender, con lo que ya respecto del segundo, puesto que ocupan los burgaleses los de Lago tienen siete puntos.
Pero además, el Astorga ha vuelto a golear convirtiendo su casillero de tantos a favor en el más nutrido de la categoría y Carlos Mas, ha anotado otro tanto para consolidarse en la cumbre de la tabla Pichichi con once tantos.
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