Sin Pasión – Eduardo Sáez
Acaba de sacar Renfe un comunicado en el que anuncia mano dura para los microfraudes que la gente de a pie cometemos con los abonos de transporte ferroviario semigratuitos que el Estado tiene vigentes todavía. La gente de a pie metiendo mano en lo público y haciendo uso indebido de lo que no le cuesta porque nos cuesta a todos. Pues como siempre.
A raíz de esto me viene a la mente esa reflexión tan recurrente que «disculpa» al que roba millones de lo público (ojo, no solo políticos, que aquí los «modélicos» empresarios son los que se llevan la palma) con el argumento de que el que no roba más es porque no puede: cada uno apaña lo que tiene a su alcance: usa la fotocopiadora de la oficina para los trabajos de sus niños o le lleva los bolígrafos… porque no tiene acceso a la cuenta de la empresa.
A lo mejor, pero a lo mejor también los que sí tienen acceso a la cuenta de la empresa o a llevarse crudos pastizales de dinero público camino de paraísos fiscales, quieren hacernos creer que esa ansia predatoria es consustancial al género humano, solo que a ellos, la providencia, la suerte o la familia, les ha colocado en situación de robar hogazas y a otros nos queda robar migas. Y no, miren. En esto, también, el tamaño sí que importa.