El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, y el director científico del Museo de la Evolución Humana y comisario de la exposición, Juan Luis Arsuaga, han presentado esta mañana en Burgos la exposición ‘El médico, el obispo y el pintor’, que gira en torno a las figuras de Juan Valverde de Amusco, Juan Álvarez de Toledo y Gaspar Becerra. La muestra también se centra en el libro ‘Historia de la composición del cuerpo humano’, en cuya historia y elaboración confluyen los tres personajes.
La exposición, que se puede visitar en la sala de pieza única de la planta primera del Museo de la Evolución Humana, en Burgos, habla también de la historia del descubrimiento del cuerpo humano en el siglo XVI y de su representación artística. Lo hace aproximándose a estas tres personalidades mencionadas, el ilustre médico palentino Juan Valverde de Amusco, quien publicó en 1556 su gran obra “Historia de la composición del cuerpo humano”; Gaspar Becerra, artista jienense conocido como el Miguel Ángel español, autor de las 42 láminas calcográficas que lo ilustraban; y Juan Álvarez de Toledo, obispo de Burgos y cardenal presbítero de San Pancracio Extramuros, quien puso en contacto al médico y al artista durante su estancia en Italia y a quien Valverde de Amusco dedica su obra magna.
El libro de Valverde de Amusco se convirtió en uno de los textos de anatomía humana más leídos y publicados del Renacimiento. En esta exposición, que permanecerá en el Museo de la Evolución Humana hasta finales de año, se expone una primera edición de la obra gracias a la Biblioteca Histórica ‘Marqués de Valdecilla’ de la Universidad Complutense de Madrid.
Para escribir esta obra Juan Valverde de Amusco se apoyó en la obra de anatomía precedente de Andrea Vesalio ‘De la estructura del cuerpo humano en siete libros’, que también se puede contemplar en la exposición. Sin embargo, el autor palentino aportó varias novedades frente a dicha obra: la estructuración de los conocimientos en un libro manejable, el texto en romance y la mejora técnica que supuso el grabado en cobre. Esto hizo que la obra de Valverde de Amusco se extendiese por toda Europa, convirtiéndose su autor en uno de los padres de la anatomía científica. Fue el primer manual moderno de anatomía escrito en castellano preciso y sencillo que facilitó el conocimiento profesional a médicos, cirujanos y artistas, contribuyendo a la utilización del método científico en la anatomía y al desarrollo del español como idioma científico.
Gaspar Becerra, autor de las láminas del libro
El segundo personaje al que está dedicada la muestra es Gaspar Becerra, autor de las ilustraciones del libro de Amusco. Becerra fue uno de los más grandes artistas españoles del Renacimiento. Importó la manera de trabajar la pintura y la escultura de los grandes artistas italianos, es decir, el manierismo. Tan extraordinaria era su calidad artística que pronto llegó a formar parte del círculo de discípulos del propio Miguel Ángel Buonarroti. En el recorrido de la exposición se pueden contemplar cinco láminas con copias de esas ilustraciones de Gaspar Becerra. Tres de las figuras que se muestran aquí son exclusivas del libro de Valverde de Amusco y tienen un marcado regusto renacentista, otras dos siguen la estela de la obra de Vesalio.
Como ya había adelantado EL FARO, También se expone una escultura original de Santo Toribio realizada por este artista, procedente de la Catedral de Astorga, la reproducción de ‘El suplicio de Marsias’, de la ‘Venus saliendo del baño’ y de ‘Hipnos’, el dios del sueño, así como una fotografía de las anatomías y figuras que el artista baezano realizó en una de sus más grandes obras: el retablo mayor de la Catedral de Astorga.
Los visitantes podrán contemplar además varios tratados de anatomía de otros reconocidos médicos del siglo XVI. España produjo grandes médicos en el Renacimiento, edad de oro de la medicina española. No estaba la medicina española retrasada respecto de la de los otros reinos europeos, aunque la primacía de los saberes médicos correspondía a universidades extranjeras como la de Padua o la Sorbona. Así, se exponen libros originales de algunos de estos ilustres médicos españoles, muchos nacidos en Castilla y León, como Luis Lobera de Ávila, Andrés Laguna, Bernardino Montaña de Montserrate, Luis de Mercado o el propio Juan Valverde Amusco.
Es una muestra que aúna arte y ciencia, dos formas de conocimiento aparentemente alejadas, pero que han ido de la mano desde hace siglos, con su máxima expresión en el Renacimiento, cuando los artistas eran científicos y los científicos artistas. El Museo de la Evolución Humana quiere recuperar este diálogo entre arte y ciencia. Y lo hace gracias a las habituales colaboraciones del Museo con otras instituciones como la Biblioteca Histórica ‘Marqués de Valdecilla’ de la Universidad Complutense de Madrid, el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y la Facultad de Medicina de esta misma ciudad, la Catedral de Astorga, el Museo del Prado, la Parroquia de San Lorenzo de Burgos y el estudio de arquitectura A2G.