Unas doscientas personas se concentraron este pasado sábado en Astorga para pedir al Gobierno de España que «intervenga» para recuperar el ferrocarril de la Vía de la Plata, «un ferrocarril estratégico», cuyo cierre entre Astorga y Plasencia «rompe la logística ferroviaria y su funcionamiento como red» y pone en «peligro» el Corredor Atlántico.
Así lo apuntó Eduardo Tocino, encargado de la lectura de un manifiesto en el que advirtió que “la sociedad civil ha despertado y está coordinada a través de una España real que reclama igualdad y futuro en materia ferroviaria”. Por ello, hizo un llamamiento al Ejecutivo central para “reabrir un tren cerrado que permita reindustrializar la tierra”. “La Unión Europea permitió al Gobierno no poner peajes en las autovías a cambio de invertir más en ferrocarril y equilibrar la política de transportes”, recordó.
Una Ruta de la Plata que, de no ponerse en marcha, “dejaría peligrosamente desconectado y desequilibrado” el Corredor Atlántico, cuya “planificación actual no comunica el interior del país”. Tocino se refirió al Corredor como “un cuerpo humano invertebrado que carece de un ronco común que una los diferentes ramales”, y que sería el “tramo de 350 kilómetros de ferrocarril entre Astorga y Plasencia”, cuyo cierre “rompe la logística ferroviaria y su funcionamiento como red”, al tiempo que haría que “los 1.600 millones previstos para el mismo no tengan el resultado final previsto”.
Por ello, se solicitó la “incorporación urgente” de la Ruta de la Plata en el Plan Director del Corredor Atlántico y en la Red Transeuropea de Transportes -Red Básica Ampliada- el próximo 14 de noviembre. De lo contrario, si se “margina” la ruta ferroviaria a la Red Global, el ‘popular’ advirtió que “sería como sufrir un segundo cierre de la línea”.
Respecto a la licitación por parte del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del contrato de servicios para la redacción del estudio de viabilidad de la conexión ferroviaria Plasencia-León, tanto técnica como socioeconómica, para reactivar el corredor ferroviario de la Ruta de la Plata, Eduardo Tocino mostró su “escepticismo” y preocupación por que “no garantice la reapertura de la línea férrea”.
“Pueden pasar dos años y decir que la línea no se abre, pero León dentro de dos años no aceptará que un estudio impida su continuidad, por lo que exigimos que se le dé importancia, porque no aceptaremos que en dos años se justifique que ferrocarril siga cerrado y también pedimos que se cuantifiquen datos económicos, sociales y medioambientales”, concluyó.
«Más políticos que personas»
Con esta curiosa frase resumía un vecino la concentración de este sábado en la que, según refería, «había más políticos que personas». Y es que se esperaba más apoyo y presencia de vecinos de Astorga y la comarca en esta concentración, convocada por la Plataforma Corredor Oeste, que sí contó con la participación de diferentes representantes institucionales de la provincia de León, así como de diferentes colores políticos. Entre ellos estaban el vicepresidente segundo de la Diputación de León, Valentín Martínez, el presidente de Conceyu País Llionés, Carlos Cerra, diferentes alcaldes, encabezados por los de Astorga y La Bañeza, José Luis Nieto y Javier Carrera.
También acudieron representantes de la UPL, la presidenta del Partido Popular de León, Ester Muñoz, y el senador por la provincia, Antonio Silván; el delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego; y en representación del Partido Socialista, el senador Salvador Vidal, entre otros.
Realidad ferroviaria
Mientras se reclama la reapertura de la Ruta de la Plata, la realidad es que los servicios ferroviarios actuales siguen dejando bastante que desear porque raro es el día que no hay retrasos e incidencias.
Este lunes sin ir más lejos, el Intercity que une Ponferrada con Madrid dejó «tirados» a sus viajeros tanto de la capital del Bierzo como de nuestra ciudad. El tren no llegó y los pasajeros tuvieron que ser desplazados desde Astorga, también desde Ponferrada en otro, en autobús hasta León con el consiguiente retraso.
Los que tenían como destino la capital leonesa desembarcaron pasadas las 9 de la mañana, cuando la llegada estaba prevista a las 7:40 horas, pero peor lo tuvieron los que continuaban viaje hasta Madrid que tuvieron «la chiripa», porque quedaban poco más de tres plazas, de ser recolocados en el Alvia que venía de Gijón y que llegaba a Madrid pasadas las 12 cuando esos pasajeros debían haber llegado a Chamartín las 10:09 horas.