SIN PASION – Eduardo Sáez
El alcalde de León y el de Astorga acaban de coincidir en un acto reclamando bonificaciones para la autopista León-Astorga. También coincidieron en que la bonificación parece más viable que la liberación de un peaje que se prorrogó hasta 2050 siendo presidente del gobierno José María Aznar y ministro de Fomento Francisco Á. Cascos.
Da la impresión de que lo importante es hablar, aunque lo que se diga no tenga demasiado sentido. Porque la ocurrencia esa de la bonificación autopistera, en este caso para los camiones, ya la tuvo el consejero de Fomento en 2017. Juan Carlos Suárez Quiñones, que lleva diez años en el cargo (la historia no refiere a ningún ministro franquista con tal longevidad en coche oficial) también echó la lengua a pacer, y después resultó que no se podía porque los tribunales (ojo al dato, que el sujeto era juez en su vida “civil”) habían tumbado una iniciativa similar en La Rioja. Aquello quedó como un brindis al sol como va a quedar lo del lunes 10 en el Ayuntamiento de León.
La logorrea de ambos alcaldes, amparados por siglas diferentes, tuvo otro efecto: “fagocitó” el verdadero motivo del encuentro con la prensa, que era promocionar el salón del chocolate de Astorga. Al final, los medios hablaron más de lo que no se va a hacer (bonificar el peaje) que de lo que sí (el SICA). Pues eso, que la lengua tiene buena cuadra, calentita y húmeda.
