Pasando el puerto – Marco A. Macía
Los proveedores suelen tener la manía de querer cobrar los trabajos que realizan. Los ayuntamientos, por su parte, la manía de respetar las leyes. Y en el encuentro de ambas manías nos encontramos. Con el reloj municipal, el lío de los generadores y las carrozas de los Reyes por el medio, es decir, afectando a símbolos, personas e ilusiones encaminadas al juzgado de no encontrarse soluciones conciliadoras desde el sosiego. No se debe olvidar que tan preocupante como el impago de los proveedores es una contratación irregular y carente de formalidades. El dinero público que gestionan los ayuntamientos, como no puede ser de otra manera, debe recibir un tratamiento escrupuloso. Para ello dispone de servicios de tesorería y jurídicos que, evidentemente, tienen la ley y el orden contable como principios reguladores más allá de legislaturas. Nieto ha decidido ponerle el cascabel al gato y levantar las alfombras en un ejercicio de sana limpieza que no debería, en principio, colisionar contra el derecho de cobro de los proveedores al igual que éstos no deberían ser utilizados para malmeter con culposas responsabilidades que no les corresponden. Los calendarios tienen la manía de su rigidez y de forma maniática señalan a cada palo qué vela deben aguantar. Pues a ello.