SIN PASIÓN – Eduardo SÁEZ
Cuando un servidor, en los años 70, andaba en los senderos universitarios, las gentes allegadas al comunismo tenían infinidad de familias: ortodoxos soviéticos, trostkistas, maoístas, eurocomunistas, alternativos “titoístas”… Los que mirábamos desde fuera estos “jardines” teníamos una frase que definía bastante bien ese caleidoscopio ideológico: “si tres maoístas se juntan para hacer un partido político, ya tienes tres partidos políticos maoístas”. Y es que “los chinos” como también les decíamos, eran los más fundamentalistas de entre los fundamentalistas; si su ideal era movido en una sola coma, ya no valía y seguían buscando ese grial de la pureza de pensamiento desbrozando a los que admitían la duda… hasta que se quedaban solos.
Y como la gente mayor y muy mayor tenemos querencia a recordar lo pretérito con más precisión que lo inmediato, he tenido un deja vu estos días con las manifestaciones que por el 8M han dividido en varias concentraciones al movimiento feminista. Más allá de las razones que les asistan en su lucha, han de reconocer que muchas no son; y he visto fotos de alguna concentración con dos docenas de personas sujetando una pancarta con otro acto de similar seguimiento y parecido trasfondo dos calles más allá. Tantas manifestaciones como opiniones.