SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Aunque no recuerdo el autor (¿quizás Chumy-Chumez?), sí que tengo muy presente en mi retina una viñeta de la recordada La Codorniz que allá en mi juventud me llamó la atención. Un báculo clavado en un páramo sustentaba cuatro señales dirigidas a los puntos cardinales y en las cuatro ponía lo mismo “Lute”.
El famoso merchero, reedición moderna del bandolerismo clásico, se había convertido en la concentración de todos los peligros. El “enemigo público número 1” de aquella España aún franquista era un delincuente común solitario; un robagallinas de proceder escasamente violento; pero como no se podía decir así, los sagaces humoristas de La Codorniz ridiculizaban la psicosis social que la Administración pretendía desencadenar presentando al pobre quinqui como un malvado omnipresente.
Y cada vez que oigo la radio anunciando empresas de seguridad minutos antes o después de hablar de ocupaciones de viviendas presentadas como un tsunami cuando apenas son la onda de una piedra lanzada en el estanque; o piezas informativas hablando de la inviabilidad del sistema de pensiones que patrocina un banco que ofrece planes de ídem que cada vez pierden más dinero, no puedo evitar acordarme de Eleuterio Sánchez. El mismo que me vende el miedo, me vende la seguridad. Anda, mira, como la mafia.
