SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Leo y no me sobrepongo del susto que las Cortes de Castilla y León han aprobado «la ejecución de un plan estratégico para el desarrollo económico y social de León dirigido a revertir las cifras negativas de perdida de población y baja tasa de actividad, con la presencia de la Junta y Gobierno en las inversiones necesarias, así como de los agentes sociales».
Lo cachondo de la noticia es que se ha aprobado con la anuencia del Partido Popular que día sí y día también nos insiste en que, gracias a los desvelos de la Junta de Castilla y León, la provincia de León vive en el mejor de los mundos posibles.
¿En qué quedamos? ¿No estamos en la tierra que mana leche y miel? ¿Qué falta tenemos de planes salvavidas?
Esta autonomía lleva en las mismas manos 35 años ininterrumpidamente; el año que viene, si nadie lo remedia, cumpliremos 36; los mismos años que van desde 1939 a 1975. Un franquismo completo. Y lo cierto es que incluso con la pujanza de Valladolid o Burgos, el conjunto de Castilla y León aporta menos en PIB al conjunto de España que en aquel 1989. Pero vamos tan bien, tan bien, que a este territorio tan sano le tienen que dar medicinas.