SIN PASIÓN – Eduardo Saéz
En una suerte de especialización productiva digna del más depurado plan quinquenal de la extinta URSS, en Valladolid-Moscú han decidido que León-Siberia solo va a servir a partir de ahora para producir energía a mayor gloria del entorno o como gulag en Mansilla de las Mulas (penal creciente en población menguante).
Como resulta que el viento ya está menos de moda, entre otras cosas porque las cumbres más batidas por Eolo llevan copadas ya varios lustros, la especialización energética que le queda a la provincia es el “fundido a negro” que dejan los macroparques fotovoltaicos.
Al menos, la industria de los aerogeneradores trajo empresas que durante un tiempo crearon riqueza y dejaron salarios en la provincia como Vestas. Sí, ya sé que es un ejemplo justito, porque los cazaprimas suecos se hicieron el ídem cuando en León ya no cabía una torre más y se largaron con su viento fresco; pero estuvieron un tiempo y si no, que se lo digan a los que trabajaron en su planta de Villadangos.
Pero ¿dónde hacen los paneles solares? Supongo que en China, que es la fábrica del mundo. Es decir, que aquí, de la parte industrial o productiva de semejante invento, no pillamos ni el serrín.