Aunque este año se ha sostenido, como en los diez o doce anteriores que esta vez sí, que el plan de seguridad de la presa de Villagatón será una realidad y que por fin el embalse que regula el curso alto del Porcos podrá empezar a embalsar sus cuatro hectómetros cúbicos, si en las próximas semanas no se publica, otro año más el embalse no se podrá cerrar para recoger agua y la deficitaria cuenca del Tuerto no dispondrá, como desde que hace treinta años se construyó la presa, de un extra del 20% respecto de los 20 hectómetros del embalse de Villameca para regar aguas abajo.
Al menos, en este caso, los embalses que irrigan el agro de la comarca, se están proyectando, gracias a un otoño de pluviosidad alta, hacia un lleno técnico.
Este viernes el embalse de Villameca estaba por encima del 77% y este fin de semana llegará al 80%. Eso, a pesar de que por su aliviadero está saliendo agua en una cantidad de tres metros cúbicos por segundo con lo que la autoridad hidrográfica pretende mantener un cierto margen de regulación en la presa para evitar grandes avenidas en caso de que llegue un temporal con muchas lluvias, nieves o, más adelante, deshielos repentinos.
Aun no necesita esas maniobras de alivio la presa de Barrios de Luna, que garantiza el caudal ecológico con 1,4 metros cúbicos por segundo de suelta y entrará este fin de semana en el 50% de su capacidad máxima, a punto de pasar de los 150 metros cúbicos.