Ricardo Magaz – La Espada y la Pluma
Lamento de veras que el espacio de esta columna no me permita superar las 250 palabras para exponer con más detalle una trayectoria de vida; la del cepedano Antonio García Álvarez, de Vega de Magaz.
Siempre que le veo, le llamo directamente “presi”. En efecto, durante años fue presidente de la Casa de León en Madrid, nuestra Embajada en la capital. Estuve con él en sus juntas directivas un par de legislaturas. Si tuviera que poner la mano en el fuego por un hombre honrado, cabal y de carácter inconfundiblemente cepedano, ese sería Antonio García.
Doctor ingeniero de montes, economista, docente, ensayista con una larga bibliografía en su haber, defensor asgaya de lo leonés…, le acaban de conceder el Premio “Rafael Ceballos”, en su tercera edición, otorgado por la Fundación Mutualidad de Ingeniería que le entregarán en el salón de actos del Instituto de la Ingeniería de España, en Madrid.
Le tengo oído a Antonio que se considera un orgulloso discípulo de su vecino y mentor, el filósofo Ángel González Álvarez (Magaz de Cepeda, 1916 – Madrid, 1991) que, entre otras responsabilidades, ostentó la de director general de Enseñanza Media y rector de la Universidad Complutense. Dos ilustres cepedanos, preceptor y aspirante.
En fin, antes de que se me acabe el espacio, quiero dejar patente que el recorrido vital de Antonio García es sin duda un ejemplo de excelencia y dedicación, siempre en busca del conocimiento y el rigor. Larga vida, querido presi.