El sindicato agrario ASAJE presentaba este jueves en León su balance del año agropecuario 2023 en la provincia del que se destacó una ligera caída de la renta agraria que, lejos de remediar la brutal sufrida en 2022, ha hecho decaer aún más esa variable que indica la disponibilidad de los agricultores.
De una facturación de 815 millones de euros del sector agropecuario leonés, tras descontar consumos intermedios, insumos de elementos utilizados y arrendamientos, quedan 153,2 millones de euros. Es una caída del 2,9% frente a 2022, en el que la renta ya cayó un 21% respecto del balance anterior, por lo que lejos de revertirse la situación ha seguido empeorando.
José Antonio Turrado y Arsenio García, secretario general y presidente de ASAJA León, coincidieron en señalar las cosechas malas, sobre todo en el secano, y especialmente, los precios de venta de los productos del agro leonés, que han tenido una cotización muy baja.
Se produce esto en un contexto en el que aunque el precio de los insumos (semillas, energía, fertilizantes…) ha bajado, no lo ha hecho lo suficiente para enjugar la subida brutal de precio precedente.
Ante el nuevo año, los sindicalistas agrarios manifestaron su preocupación por la imposición de limitación del cultivo del maíz que hace la nueva Política Agraria Común (PAC), pero albergaron esperanzas sobre la previsión de que la remolacha pueda seguir creciendo en superficie y rentabilidad marcando un horizonte de producción de un millón de toneladas en la provincia.