PIEDRA DE AFILAR – Enrique Ramos
Una celebrada estrofa del flamenco (creo que es un martinete) dice «Desgracíaíto el que come el pan por manita ajena; siempre mirando a la cara si la ponen mala o buena». Me la ha recordado un sindicalista agrario salmantino al que he escuchado por la radio en medio de las tractoradas criticando las imposiciones de la PAC con una frase muy descriptiva «¿Nos van a decir los burócratas de Bruselas lo que podemos y no podemos sembrar?» Pues sí, salado, te lo puede decir porque resulta que te está pagando la PAC y el que paga, manda.
La alternativa es cultivar cosas que no requieran el amparo de la política agraria común: así podrás sembrar lo que quieras… y eso sí, después tendrás que buscar a quién vendérselo.
El pasado mes de enero, ASAJA León presentó el año agrario y el secretario general José Antonio Turrado detalló que en 2023 el sector primario provincial había facturado 815 millones de euros. De ellos, 125 eran subvenciones, la inmensa mayoría, de la política agraria común. Y ahí está la llave de los rayos: el 15% de los ingresos de ganaderos y agricultores viene de esas ayudas y seguramente es lo que consigue equilibrar las cuentas de algunas explotaciones. Por eso sí, amigo, un burócrata te puede decir lo que puedes o no puedes sembrar.