SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
Acaba de publicar el ministerio de Trabajo los datos del paro del mes de abril. Y todo son albricias; hemos llegado a 21 millones de ocupados con 200.000 nuevos afiliados en el mes de abril y 60.000 parados menos.
Si me limito a escuchar en la radio o en la televisión a los portavoces del Gobierno terminaría aquí la columna; pero resulta que no. Que en España y en Castilla y en León, sigue habiendo colas del hambre (que ahora van a maquillar con la entrega de una tarjeta monedero en lugar de con el lote de alimentos porque ver a gente haciendo fila en la calle queda feo y muy del Auxilio Social de los años 40) y cada vez más hay trabajadores pobres a los que tener un empleo no les llega para poder pagar los recibos de su casa y/o la cesta de la compra, y cada vez que sube el salario mínimo, ese carro de combate del supermercado se pone más agresivo y no da para nada.
Podemos hacer la ingeniería matemática que queramos, pero la evidencia es una: el personal cada vez lo pasa peor; la morada se ha convertido en lujo y construir una familia para los jóvenes, en una utopía: estudian los hijos de los ricos, a los que no les hace falta porque papá les puede comprar el título y se curan quienes pagan para no padecer la lista de espera del Sacyl ¿De verdad vamos tan bien?