Ricardo Magaz – La Espada y la Pluma
Tengo para mí que mucha gente está confundida con las maneras suaves de Margarita Robles, a la sazón ministra de Defensa. Robles, tiene, como Jano, doble cara.
Su gestión ha sido fuertemente criticada por varios sectores, quienes, entre otras cosas, se mostraron indignados cuando la ministra justificó decididamente en una entrevista a la cadena La Sexta el hecho de que el Ejecutivo del que forma parte, pactara con los herederos de la banda terrorista ETA el apoyo a su gobierno. Lógicamente, las familias de las víctimas de las FF.AA. y las FFCCSE asesinadas por la banda criminal desprecian sin disimulo a la ministra y así se lo hacen saber cada vez que tienen ocasión.
Robles, Marlaska y Sánchez no pueden ir a día de hoy a un acto militar o policial en la vía pública sin ser recibidos con una salva de abucheos e improperios.
La ministra también ha sido muy criticada por su manejo torpe de las relaciones internacionales en el ámbito de la defensa. Su falta de tacto diplomático, llamando genocida y asesino al Gobierno de Israel, ha creado fuertes tensiones con aliados clave.
Paralelamente, su incapacidad para abordar de manera efectiva los problemas internos del Ministerio de Defensa ha llevado a una serie de conflictos laborales y al disgusto del personal. En los últimos meses, varias concentraciones de asociaciones de militares frente al ministerio de la Castellana lo ponen de manifiesto.
Las personas no cambian, solo muestran lo que antes ocultaban. Se llama hipocresía.