SIN PASIÓN – Eduardo Sáez
«Solo soy responsable ante Dios, la historia… y la prensa extranjera», dicen que decía el general Franco.
Cuando en directo la gente vio la eufórica celebración del mundial femenino de fútbol con el «pico» que el presidente de la federación «propinó» a una jugadora, solo un puñado de críticos (casi todas mujeres) lo afeó aquí en España. La prensa, pastueña y futbolera, lo vio natural, latino y racialmente celebrativo. Pero ¡ay! Los medios británicos y alemanes empezaron a señalarlo y los periodistas españoles recogieron cable porque a falta de criterio propio, «los guiris siempre saben más. A ver si van a decir que soy un cavernícola»
Así, los que 24 horas antes defendían el desaforado jolgorio de macho alfa de bolera del tal Rubiales, pasaron a acumular leña para juntarla en su pira funeraria. El juicio ha empezado y todos los que en el momento vieron normal y espontáneo el famoso pico, ahora lo reputan de violación y corren con antorchas a la ordalía.
A su sucesor le ha confirmado una condena por inhabilitación; el fútbol no puede estar más podrido. Pero mientras tanto, las selecciones y los clubes españoles siguen ganando. A la descomposición institucional responde la excelencia deportiva. A ver si va a resultar que lo que nos está sobrando son los dirigentes.